miércoles, 23 de febrero de 2011

Enjaulados

El que avisa no es traidor. Dije que iva a ser una semana bastante tensa y así está siendo. La caja donde nos encierran está haciendo que nos volvamos más irritables y nos agobiemos de forma extrema. No es excusa, pero si es un añadido más a la situación que se ha generado en estos últimos días.
Una discusión fuertisima con Laura, donde por enesima vez se faltó al respeto y se descalificó. Todo viene por la tensión del día anterior (creo recordar que conté el episodio por aquí). Me sentía profundamente irritado y con ganas de estallar al verme encerrado dentro de la jaula. No encontré a nadie que me quisiera hacer la comida y esa fue la gota que colmó el vaso. Me enfadé conmigo y con el mundo. Para colmo, Laura me dice que deje de hablar de ella cuando no lo estaba haciendo, y aproveché ese momento para manifestarle mi enfado acerca de una conversación que me había parecido escuchar. La polvora se encendió y acabó estallado la discusión (como siempre). Tuve un gesto feo, al sacar trapos sucios sobre la relación entre Marta y Laura, y ella hizo lo mismo conmigo y Yago. Lo pasé bastante mal, me dolieron muchas cosas que escuché con el agrabante de estar encerrado entre cuatro paredes de plastico. Ella dió por finalizada nuestra relación y me amenazó de diversas maneras. Poco más tarde se encerró en el baño pues se sentió indispuesta, hizo las maleras y se marchó al confe. No creo que hiciera ni dijera nada como para que quisiera marcharse de aquí, y empatizando con ella no logro comprender muy bien la situación. A veces pienso que estoy un poco tocado del ala después de tantos días aquí, porque por más que analizo las cosas no logro comprender su punto de vista.
Al día siguiente me aguardaban más agradables sorpresas. Por la noché me desvelé a eso de las 4 de la mañana y me preparé algo de cenar. Yago estaba dentro de la caja y  tenía problemas para dormir. 10 minutos antes de levantarme, Marta se acostaba y Dámaso se levantaba a cenar algo también. Mi sorpresa fue la mañana siguiente cuando las primeras palabras que tiene Yago hacia mí son: "Estoy hasta los cojones de todo ya Marcelo, anoche no me dejasteis dormir" hasta ahí, totalmente normal y comprensible lo que me descuadró fue lo siguiente: "tengo que aguantar que no me dejeis dormir y encima que discutais de esa forma dando mi nombre y el de otras personas", Marta se subió al carro "si, que ayer se escuchó mi nombre y estoy hasta los cojones". Todo eso sazonado con unos humos terribles y unas malas formas dignas de una discusión entre Laura y yo.  Por la noche le hice ver a Yago la situación. Él dice ser mi amigo, un amigo no ataca al otro de esas maneras nada más empezar el día, ni delante de gente que tampoco me traga, ni aprovechando una situación de debilidad mia, pues sabe mejor que nadie que estaba hecho polvo por la discusión con Laura. Tiene toda la razón del mundo al quejarse de esas cosas, pero si dice ser amigo mio, las formas y el lugar tendrían que haber sido otras. Como colofón final no me habló en todo el día. Al final de la conversación me pidió disculpas.
Ayer fue un día bastante malo y largo. TODO el día metido en la urna y nadie me dirigía la palabra, solo Dámaso. Marta incluso, se levantó desde la otra punta de la jaula con tal de no pedirme que le pasara el bidón con bolas. En fin...
Hoy la cosa está un poco mejor, me vuelvo a hablar con Laura y Yago. La única que no trago ni me traga es Marta. La verdad que me importa lo mismo que el Tiempo en Kazajistán. Ya por lo menos se ha descubierto el pastel de que ella tampoco me tragaba a mí.
Espero que lo que me queda de semana aquí lo pase mejor que estos últimos días, y que mi relación con Laura mejore antes del jueves, aunque sea para ser amigos...

A mis amigos quiero dedicarle unas cuantas palabras mal escritas: "colmillito/papiu/oso panda. Frentecita/mar mediterraneo/Ceja sí, ceja no.
Un besazo muy fuerte a todos.
CarpeDiem

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